Salmo 69 – Conoce el salmo y su significado

 

Interpretación del Salmo 69

El Salmo 69 es un clamor de ayuda y protección en tiempos de aflicción. El salmista se encuentra en una situación de peligro y persecución, y clama a Dios para que lo salve de sus enemigos. A lo largo del salmo, se expresan sentimientos de desesperación, angustia y dolor, pero también se manifiesta una confianza firme en la bondad y fidelidad de Dios.

El salmista se siente abrumado por la adversidad y se describe a sí mismo como un náufrago en aguas profundas, sin encontrar un lugar seguro para descansar. Sin embargo, a pesar de su sufrimiento, el salmista confía en que Dios lo escuchará y lo rescatará de la situación en la que se encuentra.

Confianza en la justicia divina

El salmo también contiene elementos de imprecación, en los que el salmista clama por juicio y venganza contra sus enemigos. Sin embargo, es importante destacar que esto no debe interpretarse como un llamado a la venganza personal, sino más bien como una expresión de confianza en la justicia divina.

Aunque el salmista desea que los enemigos sean confundidos y avergonzados, su principal deseo es que Dios sea glorificado y que se manifieste su justicia. El salmista confía en que Dios hará justicia en su tiempo y que los malvados recibirán su merecido.

Acudir a Dios en momentos de aflicción

El Salmo 69 nos enseña a acudir a Dios en momentos de aflicción y a depositar nuestra confianza en Él, a pesar de las circunstancias difíciles que enfrentamos. Nos anima a expresar nuestros sentimientos y preocupaciones a Dios, sabiendo que Él nos escucha y está dispuesto a ayudarnos.

Aunque podemos sentirnos abrumados por la adversidad, el Salmo 69 nos recuerda que Dios es nuestro refugio y fortaleza. Podemos confiar en su bondad y fidelidad, sabiendo que Él nos sostendrá y nos rescatará de cualquier situación en la que nos encontremos.

Así que, en medio de las dificultades, clamemos a Dios como el salmista lo hizo, expresando nuestra confianza en su poder y justicia. Él nos escuchará y nos brindará consuelo y protección en tiempos de aflicción.

 

Salmo Católico Completo (Salmo 69) para Leer e Imprimir

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Salmo 69

1. Sálvame, oh Dios,
Porque las aguas han entrado hasta mi alma.
2. Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie;
He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
3. Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido;
Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.
4. Se han multiplicado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa;
Se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué.
5. ¿Y he de pagar lo que no robé?
6. Dios mío, tú conoces mi insensatez,
Y mis pecados no te son ocultos.
7. No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, oh Señor Jehová de los ejércitos;
No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.
8. Porque por amor de ti he sufrido afrenta;
Confusión ha cubierto mi rostro.
9. Extraño he sido para mis hermanos,
Y desconocido para los hijos de mi madre.
10. Porque me consumió el celo de tu casa;
Y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí.
11. Lloré afligiendo con ayuno mi alma,
Y esto me ha sido por afrenta.
12. Puse además cilicio por mi vestido,
Y vine a serles por proverbio.
13. Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta,
Y me zaherían en sus canciones los bebedores.
14. Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad;
Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia,
Por la verdad de tu salvación, escúchame.
15. Sácame del lodo, y no sea yo sumergido;
Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
16. No me anegue la corriente de las aguas,
Ni me trague el abismo,
Ni el pozo cierre sobre mí su boca.
17. Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia;
Mírame conforme a la multitud de tus piedades.
18. No escondas de tu siervo tu rostro,
Porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.
19. Acércate a mi alma, redímela;
Líbrame a causa de mis enemigos.
20. Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio;
Delante de ti están todos mis adversarios.
21. El oprobio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado.
Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo;
Y consoladores, y ninguno hallé.
22. Me pusieron además hiel por comida,
Y en mi sed me dieron a beber vinagre.
23. Sea su convite delante de ellos por lazo,
Y lo que es para bien, por tropiezo.
24. Sean oscurecidos sus ojos para que no vean,
Y haz temblar continuamente sus lomos.
25. Derrama sobre ellos tu ira,
Y el furor de tu enojo los alcance.
26. Sea su palacio asolado;
En sus tiendas no haya morador.
27. Porque persiguieron al que tú heriste,
Y cuentan del dolor de los que tú llagaste.
28. Pon maldad sobre su maldad,
Y no entren en tu justicia.
29. Sean raídos del libro de los vivientes,
Y no sean escritos entre los justos.
30. Mas yo estoy afligido y dolorido;
Tu salvación, oh Dios, me ponga en alto.
31. Alabaré yo el nombre de Dios con cántico,
Lo exaltaré con alabanza.
32. Y agradará a Jehová más que sacrificio de buey,
O becerro que tiene cuernos y pezuñas.
33. Verán esto los humildes, y se alegrarán;
Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón.
34. Porque Jehová oye a los menesterosos,
Y no menosprecia a sus prisioneros.
35. Alábenle los cielos y la tierra,
Los mares, y todo lo que se mueve en ellos.
36. Porque Dios salvará a Sion, y reedificará las ciudades de Judá;
Y habitarán allí, y la poseerán.
37. La descendencia de sus siervos la heredará,
Y los que aman su nombre habitarán en ella.

 

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