Interpretación del Salmo 2
El Salmo 2 es un himno que exalta la soberanía y el poderío del Señor sobre todos los reyes y gobernantes de la tierra. En este salmo, se nos muestra la rebeldía de los líderes mundiales y su intento de desafiar el dominio de Dios.
Índice
La rebeldía de los líderes mundiales
El salmista comienza preguntándose por qué las naciones se rebelan y los pueblos conspiran contra el Señor y su ungido. Es una reflexión sobre la constante lucha del hombre por imponer su voluntad sobre la de Dios. Sin embargo, el salmo nos recuerda que la autoridad y el poderío del Señor son inquebrantables. Él se ríe de los intentos de los gobernantes de la tierra por desafiar su dominio y los confunde con su ira y su furor.
La autoridad y el poderío del Señor
En medio de la rebeldía y la confusión de los líderes mundiales, el salmo nos muestra la grandeza y la firmeza del Señor. Su autoridad es indiscutible y su poderío es inigualable. Nos recuerda que no importa cuánto intenten los gobernantes de la tierra desafiar a Dios, al final siempre serán derrotados y confundidos.
Bendición y protección para los que se someten al Señor
En última instancia, el salmo nos enseña que aquellos que se someten al Señor y confían en su poder serán bendecidos y protegidos. El salmista nos insta a rendir homenaje al Hijo, el ungido de Dios, y a buscar refugio en Él. Es en el Señor donde encontramos seguridad y salvación.
El Salmo 2 nos recuerda que Dios es el único soberano sobre todas las naciones y que aquellos que se rebelan contra Él están condenados al fracaso. Nos invita a someternos a su autoridad y a confiar en su poder y protección. No importa cuán poderosos sean los líderes mundiales, al final serán derrotados por el Señor. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad rendirle homenaje y buscar refugio en Él.
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¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían. |