El Salmo 11 es un llamado a confiar en Dios en medio de tiempos difíciles y de adversidad. El salmista exalta la fidelidad y el poder de Dios, afirmando que Él está en su santo templo y observa todo lo que sucede en la tierra. Aunque los impíos se levanten y los justos se sientan amenazados, el salmista confía en que Dios hará justicia y recompensará a cada uno según sus obras. El salmo nos invita a no perder la fe y a confiar en la protección y guía de Dios en todo momento.
Confianza en Dios en tiempos difíciles
En el Salmo 11, el salmista enfrenta una situación de peligro y amenaza por parte de los impíos. Sin embargo, en lugar de dejarse llevar por el miedo o la desesperación, el salmista elige confiar en Dios. Reconoce que Dios es su refugio y su fortaleza, y que en Él encuentra seguridad y protección.
En estos momentos de adversidad, es fácil caer en la tentación de buscar soluciones humanas o confiar en nuestras propias fuerzas. Pero el salmo nos recuerda que nuestra verdadera confianza debe estar puesta en Dios, quien tiene el control de todas las cosas y puede intervenir en nuestra situación.
La fidelidad y el poder de Dios
El salmista exalta la fidelidad y el poder de Dios. Afirma que Dios está en su santo templo, lo cual simboliza su presencia y su soberanía sobre toda la creación. Nada escapa a su mirada, y Él tiene el control absoluto sobre todas las circunstancias.
En momentos de adversidad, es importante recordar que Dios es fiel y poderoso para cumplir sus promesas. Podemos confiar en que Él está obrando en nuestro favor, aunque no siempre podamos entender sus caminos o sus tiempos. Su fidelidad y su poder son nuestras garantías de que nunca estamos solos, y de que Él tiene el control de todas las cosas.
La justicia de Dios
El salmo nos habla también de la justicia de Dios. El salmista confía en que Dios hará justicia y recompensará a cada uno según sus obras. Aunque los impíos se levanten y los justos se sientan amenazados, el salmista sabe que Dios no deja pasar ninguna injusticia sin castigo.
La justicia de Dios es un consuelo para aquellos que han sido oprimidos o han sufrido injusticias. Nos asegura que, aunque parezca que los malvados prosperan y los justos son perseguidos, al final Dios hará justicia y recompensará a cada uno según sus obras.
No perder la fe
El salmo nos invita a no perder la fe y a confiar en la protección y guía de Dios en todo momento. Aunque las circunstancias sean adversas y los peligros nos rodeen, debemos recordar que Dios está con nosotros y que podemos confiar en Él.
En momentos de dificultad, es normal que sintamos miedo o incertidumbre. Pero el salmo nos anima a no dejar que el miedo nos paralice, sino a confiar en la fidelidad y el poder de Dios. Él es nuestro refugio y nuestra fortaleza, y en Él encontramos el consuelo, la protección y la guía que necesitamos.
El Salmo 11 nos recuerda la importancia de confiar en Dios en medio de tiempos difíciles y de adversidad. Nos invita a reconocer su fidelidad y su poder, y a confiar en que Él hará justicia y recompensará a cada uno según sus obras. No perdamos la fe, sino confiemos en la protección y guía de Dios en todo momento.
⇒ Salmo Católico Completo (Salmo 11) para Leer e Imprimir
| En Jehová he confiado; ¿cómo decís a mi alma: Vuela al monte cual ave? Porque he aquí que los malos tensan el arco, Disponen sus saetas sobre la cuerda, Para asaetear en oculto a los rectos; Si destruidas son las bases, ¿Qué ha de hacer el justo? Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece. Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos. Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro. |