El Salmo 83 es una súplica de los creyentes para que Dios intervenga y proteja al pueblo de Israel de sus enemigos. En este salmo, se mencionan diferentes naciones y enemigos que se levantan contra Israel, buscando su destrucción. Los creyentes reconocen que solo Dios puede salvarlos y confían en su poder para derrotar a sus enemigos.
El salmista expresa su anhelo de que Dios actúe como lo hizo en el pasado, recordando cómo derrotó a las naciones enemigas y protegió a su pueblo. Los creyentes claman a Dios para que los enemigos sean avergonzados y derrotados, reconociendo que solo Dios tiene el poder para hacerlo.
Confianza en el poder de Dios
Este salmo también nos enseña la importancia de confiar en Dios y buscar su protección en medio de las dificultades y los ataques de los enemigos. Nos recuerda que Dios es nuestro refugio y fortaleza, y que podemos confiar en su poder para defendernos y librarnos de cualquier amenaza.
Buscar la protección de Dios
En medio de los ataques y las dificultades, los creyentes vuelven sus ojos hacia Dios y lo invocan como su protector. Reconocen que solo Dios puede hacer frente a los enemigos y los desafíos que enfrentan. Buscan refugio en su presencia y confían en que él los librará de cualquier mal.
Una lección para nosotros
El Salmo 83 nos enseña la importancia de confiar en Dios en todo momento, especialmente cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles y a enemigos que buscan nuestra destrucción. Nos recuerda que nuestra fortaleza y protección se encuentran en Dios, y que podemos confiar en su poder para defendernos y librarnos de cualquier amenaza.
El Salmo 83 es una súplica de los creyentes para que Dios intervenga y proteja al pueblo de Israel de sus enemigos. Nos enseña la importancia de confiar en Dios y buscar su protección en todo momento.
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Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni te estés quieto. Porque he aquí que rugen tus enemigos, Y los que te aborrecen han alzado cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, Y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, Y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón a una, Contra ti han hecho alianza Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, Filistea con los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; Sirven de brazo a los hijos de Lot. Selah Hazles como a Madián, Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón; Que perecieron en Endor, Fueron hechos como estiércol para la tierra. Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb; Como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes, Que han dicho: Heredemos para nosotros Las moradas de Dios. Dios mío, ponlos como torbellinos, Como hojarascas delante del viento. Como fuego que quema el monte, Como llama que abrasa el bosque, Persíguelos así con tu tempestad, Y hasta que no tengan lugar alguno donde huir; Llénalos de confusión, Para que busquen tu nombre, oh Jehová. Sean afrentados y turbados para siempre; Sean deshonrados, y perezcan. Y sepan que sólo tú, cuyo nombre es Jehová, Eres el Altísimo sobre toda la tierra. Selah |
Y en el Salmo 83:19 muy entendible por cierto, queda claro que Dios, tiene un nombre y ese nombre es … JEHOVÁ!!!
Que hayan querido borrar su MAGNÍFICO NOMBRE … es una gran falta de respeto al ALTÍSIMO DE TODA LA TIERRA.