El Salmo 116 es un himno de acción de gracias en el que el salmista expresa su gratitud a Dios por haber escuchado su clamor y responder a sus peticiones. El salmista reconoce la fidelidad y el amor inagotable de Dios, quien siempre está dispuesto a escuchar y responder a aquellos que confían en Él. En este salmo, el salmista relata su experiencia de estar en peligro y angustia, pero clama a Dios y Él le responde, salvándolo de la muerte.
El salmista reconoce que solo Dios tiene el poder de liberar y proteger, y por eso le ofrece su gratitud y adoración. Es decir, se trata de un salmo de gratitud o acción de gracias. También hay quien lo clasifica dentro de los salmos de amor de la Biblia.
La importancia de confiar en Dios en medio de las dificultades
El salmo también nos enseña la importancia de confiar en Dios en medio de las dificultades. El salmista menciona que en su desesperación, llegó a pensar que no había esperanza, pero luego se dio cuenta de que Dios siempre está dispuesto a ayudar. Esta experiencia le lleva a afirmar que es mejor confiar en Dios que en los seres humanos o en cualquier otra cosa.
Expresar gratitud a través de la adoración y la alabanza: El Salmo 116 nos invita a reconocer y agradecer la fidelidad de Dios en nuestras vidas. Nos enseña a confiar en Él en todo momento y a expresar nuestra gratitud a través de la adoración y la alabanza.
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Amo al Señor, porque ha oído mi voz y mis súplicas; Porque ha inclinado a mí su oído; En cuanto le invoqué en mi día. Me rodearon ligaduras de muerte, Me encontraron las angustias del Seol; Angustia y dolor había yo hallado. Entonces invoqué el nombre del Señor, diciendo: ¡Oh Señor, libra mi alma! Clemente es el Señor, y justo; Sí, misericordioso es nuestro Dios. El Señor guarda a los sencillos; Estaba yo postrado, y me salvó. Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, Porque el Señor te ha hecho bien. Porque tú has librado mi alma de la muerte, Mis ojos de lágrimas, Y mis pies de resbalar. Andaré delante del Señor En la tierra de los vivientes. Creí, por tanto hablé; Estando afligido en gran manera. Y dije en mi apuro: Todo hombre es mentiroso. ¿Qué pagaré al Señor Por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la salvación, E invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor En presencia de todo su pueblo. Estimada es a los ojos del Señor La muerte de sus santos. Oh Señor, ciertamente yo soy tu siervo, Siervo tuyo soy, hijo de tu sierva; Tú has roto mis cadenas. Te ofreceré sacrificio de alabanza, E invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor En presencia de todo su pueblo, En los atrios de la casa del Señor, En medio de ti, oh Jerusalén. ¡Aleluya! |